La publicación del “Real Decreto-Ley de medidas urgentes para garantizar la sostenibilidad del Sistema Nacional de Salud y mejorar la calidad y seguridad de las prestaciones”, así como la propuesta de hacer pagar a los inmigrantes sin papeles 710 € anuales por la asistencia sanitaria, suponen una batería de iniciativas cuya puesta en marcha y aplicación ponen en cuestión el título del propio Decreto, que no olvidemos alude a palabras como “garantizar”, “sostenibilidad”, “mejorar” o “calidad”. Una vez más, jugando con el lenguaje.
También se apunta cómo, a pesar de la contribución de la inmigración al crecimiento y al aumento de la riqueza del país en tiempos de bonanza, está triunfando una corriente de pensamiento interesada en culpar a la inmigración de los males que aquejan a nuestra sociedad ante el silencio cómplice de los ciudadanos.
También se apunta cómo, a pesar de la contribución de la inmigración al crecimiento y al aumento de la riqueza del país en tiempos de bonanza, está triunfando una corriente de pensamiento interesada en culpar a la inmigración de los males que aquejan a nuestra sociedad ante el silencio cómplice de los ciudadanos.
"parece que lo más equilibrado sea reconocer que nos han aportado
más de lo que les hemos dado desde un enfoque social, económico y de
salud"
Otro de los argumentos empleados en el informe es de carácter económico: ¿Qué resultará más caro, atender o dejar de atender?
Y, ¿qué pasará a partir de ahora en estas circunstancias? Las personas no dejarán de
enfermar porque un decreto lo regule,
simplemente los esconderemos y, si hay que
atenderlos, lo haremos en un recurso más caro y especializado, el de las urgencias.
Y esto, sin olvidar la necesidad que puede haber
de intervención en problemas de salud pública para cortar la transmisión de enfermedades, imposible de plantear si quien padece una enfermedad no tiene medios para ser atendido o comprar medicamentos.
Con todo el respeto del mundo, publicamos aquí la foto de Alpha Pam, la primera víctima mortal de esta forma de pensar absurda y sin fundamento. Muerto el pasado mes de abril por una deficiente atención sanitaria ante la tuberculosis que padecía.
El informe concluye afirmando:
Se traslada la idea de que algo es más sostenible si lo hacemos más barato pero en el fondo la estrategia es siempre la misma, quitamos del sistema, los que no importa o molesta, lo “feo”, igual que hacemos bancos con activos “tóxicos”. Pero si algo está claro es que no es sostenible una sociedad con un abismo entre sus componentes; los que tienen y los que no tienen, los de aquí y los de allí, los que trabajan y los que no.
(...)
¿Es realmente esto lo que queremos hacer?